Editora
española nacida en Río de Janeiro (Brasil), fundadora y directora literaria de Tusquets Editores.
En su juventud, por ser su padre diplomático, vivió en distintas partes del
mundo. Fue licenciada en Traducción Literaria y en Historia en la Escuela de
Intérpretes de Ginebra (1958), ciudad en la que también estudió Ciencias
Políticas y Sociales. Se estableció en Barcelona, y entre 1961 y 1964 trabajó
en la editorial Salvat y en la editorial Gustavo Gili, y entre 1965 y 1968 en
la editorial Lumen, con Esther Tusquets. En 1968 decide organizar una nueva
editorial, junto con el arquitecto Oscar Tusquets, hermano de Esther y entonces
su marido: Tusquets
Editores. Allí publicó en 1969 dos colecciones, Cuadernos ínfimos
y Cuadernos Marginales, formadas por breves estudios, que alcanzaron gran
protagonismo y difusión en los años del franquismo.
Su
editorial ha publicado en español, por ejemplo, las obras de Ernst Jünger,
Milan Kundera o E.M. Cioran. La propia Beatriz de Moura ha traducido del
francés Los testamentos traicionados, La lentitud, La identidad y La
ignorancia de Milan Kundera
Una Experiencia en la edición literaria en España
Narra su experiencia como editora y fundadora de Tusquets Editores. Editorial, que en su entonces era una sociedad anónima, conformada también por Antonio López, quien la ayudaba a tomar las decisiones editoriales y empresariales.
Su afán de construir una editorial residía en ser cómplice de la vida y obra de todos los escritores y pensadores a quienes admira.
Decide rendir homenaje a todos aquellos que deciden poner una editorial en España, país que en su momento, el 42% de la población no leía un libro al año y donde se producían más de 35.000 novedades. Afirma que los editores deben asentar sus fundamentos en la innovación permanente.
Durante el seminario en el cual se da la charla, aclara tres interrogantes sobre lo que es una editorial literaria.
1. ¿Qué distingue una editorial dicha literaria de otras que no se incluyen en este sector?
Según ella, la distingue la actividad vital e intelectual de sus editores. Considera que los editores literarios son intelectuales, personas comprometidas en el quehacer cultural de la sociedad y que a través de la elección de autores expresan sus pensamientos y afinidades literarias y artísticas. Por eso, también considera importante aquellos autores que esos editores deciden no publicar.
Es primordial, que el editor literario no pierda el hilo de su pensamiento. De esta forma, va perfilando sus afinidades electivas, su recorrido intelectual.
De Moura, piensa que este tipo de editor, acorde con su definición, se apropia de las ideas de otros para hacerse a sí mismo y que por esa razón podrían ser tomados como "pobres tipos". Pero ella no ve así a Tusquets porque dice que un autor necesita a un editor para llegar a destino.
Como segunda característica, menciona la necesidad total de independencia para expresarse según su línea de pensamiento. Para que esto suceda, deben abstraerse de las imposiciones comerciales e ideológicas. Hace un raconto de su experiencia en España, en la que las presiones ideológicas existían y que tuvieron que afrontar distintos períodos difíciles.
La tercera característica, que se vincula con la anterior, es la relación que tienen con su doble rol como editores. Su aspecto empresarial. Para poder llevar a cabo su proyecto, deben mostrarse también como empresarios, que según de Moura, se resisten a reconocerse de ese modo.
Por lo tanto, esa independencia mencionada anteriormente, depende a su vez de los límites y las condiciones que ellos mismos se pongan.
2. ¿En qué consiste la actividad que convierte a una editorial literaria en lo que es?
Para responder a este interrogante plantea lo que una editorial NO debe hacer.
- Contratar un libro sin leerlo, sin informarse acerca de su autor si no lo conoce y sin meditar acerca de la conveniencia, o no, de incluirlo en el catálogo.
- Contratar un libro solo porque ha ganado un premio literario en algún lugar del mundo, o porque su autor ha ganado el Premio Nobel, sin tener en cuenta su afinidad con la línea editorial.
- Contratar un libro única y exclusivamente porque creamos que será comercial.
- Contratar un libro que no encaje en la línea editorial y que desentone con el catálogo.
- Ofrecer sumas de dinero descabelladas, respecto de la capacidad económica y comercial de la editorial, por libros o autores que quisiéramos tener en el catálogo.
- Producir un libro traducido sin haber revisado la traducción y, si es necesario, sin haberla hecho corregir y, a veces, hasta repetir.
- Producir un libro de un autor en lengua castellana sin antes haber sostenido con él un intercambio crítico de opiniones.
- Producir un libro sin realizar las suficientes correcciones de pruebas que permitan al lector tropezar lo menos posible con erratas.
- Producir un libro sin haber considerado la necesidad, o no, de un prólogo, notas a pie de página, etc.
- Producir un libro sin haber sometido a la aprobación del autor todo cuanto él exija aprobar.
- Producir un libro sin haber supervisado el diseño de la cubierta y la calidad de la reproducción de la ilustración, si la hay.
- Hacer una promoción indiscriminada para según qué autores y libros.
- Saldar.
En esta respuesta, se remonta a su propia experiencia. Desde chica Beatriz de Moura pasaba sus momentos de ocio con libros, cuyos escritores admiraba y veneraba. Luego, sumó en sus lecturas filósofos y ensayistas.
Fueron todas esas lecturas, las que de grande la inclinaron por su profesión de editora.
El hábito del libro, es para ella, el momento en que la obra llega a su destinatario gratificando y reproduciendo al editor, en la secuencia de títulos y autores que eligió.
En ese proceso de selección de autores que marcan a lo largo de la vida al editor y que probablemente atraiga y seduzca al lector, es que se revela el narcisismo del editor.
El aporte de los editores es la innovación constante. Ante las grandes empresas, lo que las editoriales deben hacer es permanecer día a día independientes, no perder el control sobre la elección y la calidad de los libros que publican, descubrir autores en la propia lengua y procurar que sean célebres, etc.
Es muy importante convertir el desafío y el riesgo en fuente de éxitos comerciales. Lo define como único modo de supervivencia, pero no solo de editores, sino también de lectores y autores quienes creen en la innovación literaria como fuente de placer y transmisión de ideas.